DOGMAS

A lo largo de la historia de la Iglesia, y por la trascendencia de la manifestación de la ayuda divina por medio de María Santísima, como gran colaboradora en el Plan de Salvación, se han proclamado unos dogmas (doctrinas que no admiten réplica, sino que se aceptan por la fe) referentes a algunos aspectos referentes a la Madre del Señor.
1. María Es en verdad Madre de Dios.
2. La inmaculada Concepción de María Santísima.
3. La Asunción de la Santísima Virgen María.
4. La Virginidad Perpetua de María Santísima.
1. MARÍA, MADRE DE DIOS
María es verdaderamente Madre de Dios
Pregunta: "¿Cómo puede ser María la madre de Dios, si Dios ya existía antes de que ella naciera?". 
Respuesta: En el diccionario encontramos que "madre" es la mujer que engendra. Se dice que es madre del que ella engendró. Si aceptamos que María es madre de Jesús y que El es Dios, entonces María es Madre de Dios.
No se debe confundir entre el tiempo y la eternidad. María, obviamente, no fue madre del Hijo eternamente. Ella comienza a ser Madre de Dios cuando el Hijo Eterno quiso entrar en el tiempo y hacerse hombre como nosotros. Para hacerse hombre quiso tener madre. Gálatas 4:4: "al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer".   Dios se hizo hombre sin dejar de ser Dios, por ende María es madre de Jesús, Dios y hombre verdadero.
Entonces, María es Madre de Dios, no porque lo haya engendrado en la eternidad sino porque lo engendró hace 2000 años en la Encarnación. Dios no necesitaba una madre pero la quiso tener para acercarse a nosotros con infinito amor. Cuando la Virgen María visitó a su prima Isabel, esta, movida por el Espíritu Santo le llamó "Madre de mi Señor".  El Señor a quien se refiere no puede ser otro sino Dios. (Cf. Lucas 1, 39-45).
La verdad de que María es Madre de Dios es parte de la fe de todos los cristianos.  Fue proclamada dogmáticamente en el Concilio de Efeso, en el año 431 y es el primer dogma Mariano.
Antecedentes de la controversia sobre
la maternidad divina de María Santísima:
Los errores de Nestorio
En el siglo V, Nestorio, Patriarca de Constantinopla afirmaba los siguientes errores: * Que hay dos personas distintas en Jesús, una divina y otra humana.  Sus dos naturalezas no estaban unidas.  * Por lo tanto, María no es la Madre de Dios pues es solamente la Madre de Jesús hombre.    * Jesús nació de María solo como hombre y más tarde "asumió" la divinidad, y por eso decimos que Jesús es Dios.
Vemos que estos errores de Nestorio, al negar que María es Madre de Dios, niegan también que Jesús fuera una persona divina. Nestorianismo>>>
La doctrina referente a María está totalmente ligada a la doctrina referente a Cristo. Confundir una es confundir la otra. Cuando la Iglesia defiende la maternidad divina de María esta defendiendo la verdad de que, su hijo, Jesucristo es una persona divina. 
En esta batalla doctrinal, San Cirilo, Obispo de Alejandría, jugó un papel muy importante en clarificar la posición de nuestra fe en contra de la herejía de Nestorio. En el año 430, el Papa Celestino I en un concilio en Roma, condenó la doctrina de Nestorio y comisionó a S. Cirilo para que iniciara una serie de correspondencias donde se presentara la verdad.
En el año 431, se llevó a cabo el Concilio de Efeso donde se proclamó oficialmente que María es Madre de Dios. (Ver: Theotokos).
"Desde un comienzo la Iglesia enseña que en Cristo hay una sola persona, la segunda persona de la Santísima Trinidad. María no es solo madre de la naturaleza, del cuerpo pero también de la persona quien es Dios desde toda la eternidad. Cuando María dio a luz a Jesús, dio a luz en el tiempo a quien desde toda la eternidad era Dios. Así como toda madre humana, no es solamente madre del cuerpo humano sino de la persona, así María dio a luz a una persona, Jesucristo, quien es ambos Dios y hombre, entonces Ella es la Madre de Dios" -Concilio de Efeso
La ortodoxia (doctrina recta) enseña:  -Jesús es una persona divina (no dos personas)   --Jesús tiene dos naturalezas: es Dios y Hombre verdaderamente.
-María es madre de una persona divina y por lo tanto es Madre de Dios.   -María es Madre de Dios. Este es el principal de todos los dogmas Marianos, y la raíz y fundamento de la dignidad singularísima de la Virgen María.
María es la Madre de Dios, no desde toda la eternidad sino en el tiempo.
El dogma de María Madre de Dios contiene dos verdades:
1) María es verdaderamente madre: Esto significa que ella contribuyó en todo en la formación de la naturaleza humana de Cristo, como toda madre contribuye a la formación del hijo de sus entrañas.
2) María es verdaderamente madre de Dios: Ella concibió y dio a luz a la segunda persona de la Trinidad, según la naturaleza humana que El asumió.
El origen Divino de Cristo no le proviene de María. Pero al ser Cristo una persona de naturalezas divina y humana. María es tanto madre del hombre como Madre del Dios. María es Madre de Dios, porque es Madre de Cristo quien es Dios\hombre.
La misión maternal de María es mencionada desde los primeros credos de la Iglesia. En el Credo de los Apóstoles: "Creo en Dios Padre todopoderoso y en Jesucristo su único hijo, nuestro Señor que nació de la Virgen María".
El título Madre de Dios era utilizado desde las primeras oraciones cristianas. En el Concilio de Efeso, se canonizo el título Theotokos, que significa Madre de Dios. A partir de ese momento la divina maternidad constituyó un título único de señorío y gloria para la Madre de Dios encarnado. La Theotokos es considerada, representada e invocada como la reina y señora por ser Madre del Rey y del Señor.
Más tarde también fue proclamada y profundizada por otros concilios universales, como el de Calcedonia(451) y el segundo de Constantinopla (553).
En el siglo XIV se introduce en el Ave María la segunda parte donde dice: "Santa María Madre de Dios" Siglo XVIII, se extiende su rezo oficial a toda la Iglesia.
El Papa Pío XI reafirmó el dogma en la Encíclica Lux Veritatis (1931).
La Madre de Dios en el VAT II: este concilio replantea en todo el alcance de su riqueza teológica en el más importante de sus documentos, Constitución dogmática sobre la Iglesia, (Lumen Gentium). En este documento se ve la maternidad divina de María en dos aspectos:
1) La maternidad divina en el misterio de Cristo.
2) La maternidad divina en el misterio de la Iglesia.
"Y, ciertamente, desde los tiempos más antiguos, la Sta. Virgen es venerada con el título de Madre de Dios, a cuyo amparo los fieles suplicantes se acogen en todos sus peligros y necesidades.... Y las diversas formas de piedad hacia la Madre de Dios que la Iglesia ha venido aprobando dentro de los límites de la sana doctrina, hacen que, al ser honrada la Madre, el Hijo por razón del cual son todas las cosas, sea mejor conocido, amado, glorificado, y que, a la vez, sean mejor cumplidos sus mandamientos" (LG #66)
En el Credo del Pueblo de Dios de Pablo VI (1968): "Creemos que la Bienaventurada María, que permaneció siempre Virgen, fue la Madre del Verbo encarnado, Dios y salvador nuestro"
En 1984 consagra J.P.II el mundo entero al I.C. de María, a través de toda la oración de consagración repite: "Recurrimos a tu protección, Santa Madre de Dios"
María por ser Madre de Dios transciende en dignidad a todas las criaturas, hombres y ángeles, ya que la dignidad de la criatura está en su cercanía con Dios. Y María es la mas cercana a la Trinidad. Madre del Hijo, Hija del Padre y Esposa del Espíritu.
"El Conocimiento de la verdadera doctrina católica sobre María, será siempre la llave exacta de la comprensión del misterio de Cristo y de la Iglesia"
Y la Madre de Dios es mía, porque Cristo es mío" (S. Juan de la Cruz)

2. LA CONCEPCIÓN INMACULADA  DE MARÍA
La Inmaculada Concepción de María es el dogma de fe que declara que
por una gracia especial de Dios, ella fue preservada de todo pecado desde su concepción.
Como demostraremos, esta doctrina es de origen apostólico, aunque el dogma fue proclamado por el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854, en su bula Ineffabilis Deus. 
La Concepción: Es el momento en el cual Dios crea el alma y la infunde en la materia orgánica procedente de los padres. La concepción es el momento en que comienza la vida humana.
-María quedó preservada de toda carencia de gracia santificante desde que fue concebida en el vientre de su madre Santa Ana. Es decir María es la "llena de gracia" desde su concepción. Cuando hablamos de la Inmaculada Concepción no se trata de la concepción de Jesús quién, claro está, también fue concebido sin pecado.
Fundamento Bíblico
La Biblia no menciona explícitamente el dogma de la Inmaculada Concepción, como tampoco menciona explícitamente muchas otras doctrinas que la Iglesia recibió de los Apóstoles. La palabra "Trinidad", por ejemplo, no aparece en la Biblia. Pero la Inmaculada Concepción se deduce de la Biblia cuando ésta se interpreta correctamente a la luz de la Tradición Apostólica. 
El primer pasaje que contiene la promesa de la redención (Genesis 3:15) menciona a la Madre del Redentor. Es el llamado Proto-evangelium, donde Dios declara la enemistad entre la serpiente y la Mujer. Cristo, la semilla de la mujer (María) aplastará la cabeza de la serpiente. Ella será exaltada a la gracia santificante que el hombre había perdido por el pecado. Solo el hecho de que María se mantuvo en estado de gracia puede explicar que continúe la enemistad entre ella y la serpiente. El Proto-evangelium, por lo tanto, contiene una promesa directa de que vendrá un redentor.  Junto a El se manifestará su obra maestra: La preservación perfecta de todo pecado de su Madre Virginal.
En Lucas 1:28 el ángel Gabriel enviado por Dios le dice a la Santísima Virgen María «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.». Las palabras en español "Llena de gracia" no hace justicia al texto griego original que es "kecharitomene" y significa una singular abundancia de gracia, un estado sobrenatural del alma en unión con Dios. Aunque este pasaje no "prueba" la Inmaculada Concepción de María si lo sugiere.
Los Padres de la Iglesia y la Inmaculada
Los Padres se referían a la Virgen María como la Segunda Eva (cf. I Cor. 15:22), pues ella desató el nudo causado por la primera Eva.
· Justín (Dialog. cum Tryphone, 100),
· Ireneo (Contra Haereses, III, xxii, 4),
· Tertuliano (De carne Christi, xvii),
· Julius Firm cus Maternus (De errore profan. relig xxvi),
· Cyrilo of Jerusalem (Catecheses, xii, 29),
· Epiphanius (Hæres., lxxviii, 18),
· Theodotus of Ancyra (Or. in S. Deip n. 11), and
· Sedulius (Carmen paschale, II, 28).
También se refieren a la Virgen Santísima como la absolutamente pura (San Agustín y otros).  La iglesia Oriental ha llamado a María Santísima la "toda santa"
Muchos santos, como San Francisco (siglo XIII), han tenido gran devoción a la Virgen Inmaculada.
El Papa Sixto IV, en 1483, casi 4 siglos antes del dogma, había extendido la fiesta de la Concepción Inmaculada de María a toda la Iglesia de Occidente
El franciscano Dun Scotto.
Preparó el camino para la definición dogmática. Dicen que su inspiración le vino al pasar por frente de una estatua de la Virgen y decirle: "Dignare me laudare te: Virgo Sacrata"  (Oh Virgen sacrosanta dadme las palabras propias para hablar bien de Ti).
1. ¿A Dios le convenía que su Madre naciera sin mancha del pecado original? - Sí, a Dios le convenía que su Madre naciera sin ninguna mancha. Esto es lo más honroso, para Él.
2. ¿Dios podía hacer que su Madre naciera sin mancha de pecado original? -
Sí, Dios lo puede todo, y
por tanto podía hacer que su Madre naciera sin mancha: Inmaculada.
3. ¿Lo que a Dios le conviene hacer lo hace? ¿O no lo hace? Todos respondieron: Lo que a Dios le conviene hacer, lo que Dios ve que es mejor hacerlo, lo hace.
Entonces Scotto exclamó: Luego 1. Para Dios era mejor que su Madre fuera Inmaculada: o sea sin mancha del pecado original. 2. Dios podía hacer que su Madre naciera Inmaculada: sin mancha 3. Por lo tanto: Dios hizo que María naciera sin mancha del pecado original. Porque Dios cuando sabe que algo es mejor hacerlo,
lo hace.
Méritos: María es libre de pecado por los méritos de Cristo Salvador. Es por El que ella es preservada del pecado. Ella, por ser una de nuestra raza humana, aunque no tenía pecado, necesitaba salvación, que solo viene de Cristo. Pero Ella singularmente recibe por adelantado los méritos salvíficos de Cristo. La causa de este don: El poder y omnipotencia de Dios.
Razón: La maternidad divina. Dios quiso prepararse un lugar puro donde su hijo se encarnara.
Frutos:
1-María fue inmune de los movimientos de la concupiscencia. Concupiscencia: los deseos irregulares del apetito sensitivo que se dirigen al mal.
2-María estuvo inmune de todo pecado personal durante el tiempo de su vida. Esta es la grandeza de María, que siendo libre, nunca ofendió a Dios, nunca optó por nada que la manchara o que le hiciera perder la gracia que había recibido. 
La Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María tiene un llamado para nosotros:
1-Nos llama a la purificación. Ser puros para que Jesús resida en nosotros.
2-Nos llama a la consagración al Corazón Inmaculado de María, lugar seguro para alcanzar conocimiento perfecto de Cristo y camino seguro para ser llenos del ES.
"Con la Inmaculada Concepción de María comenzó la gran obra de la Redención, que tuvo lugar con la sangre preciosa de Cristo. En Él toda persona está llamada a realizarse en plenitud hasta la perfección de la santidad" Juan Pablo II, 5-XII-2003.
Argumentos de los hermanos separados
1-Según algunos protestantes, la Inmaculada  Concepción contradice la enseñanza bíblica: "todos han pecado y están lejos de la presencia salvadora de Dios" (Romanos 3:23).
Respuesta católica: Si fuéramos a tomar las palabras de San Pablo "todos han pecado" en un sentido literal absoluto, Jesús también quedaría incluido entre los pecadores. Sabemos que esto no es la intención de S. Pablo gracias a sus otras cartas en que menciona que Jesús no pecó (Hebreos 4:15; 1 Pedro 2:22). 
La Inmaculada Concepción de María no contradice la enseñanza Paulina en Rm 3:23 sobre la realidad pecadora de la humanidad en general, la cual estaba encerrada en el pecado y lejos de Dios hasta la venida del Salvador. San Pablo enseña que Cristo nos libera del pecado y nos une a Dios (Cf. Efesios 2:5). María es la primera.
2- Según algunos hermanos separados, María reconoce que ella era pecadora y que necesitó ser rescatada por la gracia de Dios (Lucas 1: 28, 47).
Respuesta católica: Que María se declarara pecadora es falso. Que ella se declarara salvada por Dios es verdadero. En Lc 1:48 ella reconoce que fue salvada. ¿De qué? Del dominio del pecado, por gracia de Dios. Pero para eso no tuvo que llegar a pecar. Dios la salvó preservándola del pecado.
El dogma de la Inmaculada Concepción de María no niega que ella fue salvada por Jesús. En María las gracias de Cristo se aplicaron ya desde el momento de su concepción. El hecho de que Jesús no hubiese aún nacido no presenta obstáculo pues las gracias de Jesús no tienen barreras de tiempo y se aplicaron anticipadamente en su Madre. Para Dios nada es imposible. 
¿Cómo sabemos que La Virgen María fue concebida sin pecado?  La fe católica reconoce que la fuente de la revelación Bíblica necesita ser interpretada a la luz de la Tradición recibida de los Apóstoles y según el desarrollo dogmático que, por el Espíritu Santo, ha ocurrido en la Iglesia.  

3. LA ASUNCION DE LA VIRGEN MARIA
De la constitución apostólica Munificentíssimus Deus  del Papa Pío XII
 Con esta constitución apostólica, el Papa Pío XII proclamó el dogma de la Asunción el 1ro. de Noviembre de 1950.
Tomado de la Liturgia de las Horas del 15 de Agosto.  (AAS 42 [19501, 760-762. 767-769)
Tu cuerpo es santo y sobremanera glorioso
Los santos Padres y grandes doctores, en las homilías y disertaciones dirigidas al pueblo en la fiesta de la Asunción de la Madre de Dios, hablan de este hecho como de algo ya conocido y aceptado por los fieles y -lo explican con toda precisión, procurando, sobre todo, hacerles comprender que lo que se conmemora en esta festividad es, no sólo el hecho de que el cuerpo sin vida de la Virgen María no estuvo sujeto a la corrupción, sino también su triunfo sobre la muerte y su glorificación, a imitación de su hijo único, Jesucristo.
Y, así, san Juan Damasceno, el más ilustre transmisor de esta tradición, comparando la asunción de la santa Madre de Dios con sus demás dotes y privilegios, afirma, con elocuencia vehemente:
"Convenía que aquella que en el parto había conservado intacta su virginidad conservara su cuerpo también después de la muerte libre de la corruptibilidad. Convenía que aquella que había llevado al Creador como un niño en su seno tuviera después su mansión en el cielo. Convenía que la esposa que el Padre había desposado habitara en el tálamo celestial. Convenía que aquella que había visto a su hijo en la cruz y cuya alma había sido atravesada por la espada del dolor, del que se había visto libre en el momento del parto, lo contemplara sentado a la derecha del Padre. Convenía que la Madre de Dios poseyera lo mismo que su Hijo y que fuera venerada por toda criatura como Madre y esclava de Dios."
Según el punto de vista de san Germán de Constantinopla, el cuerpo de la Virgen María, la Madre de Dios, se mantuvo incorrupto y fue llevado al cielo, porque así lo pedía no sólo el hecho de su maternidad divina, sino también la peculiar santidad de su cuerpo virginal:
"Tú, según está escrito, te muestras con belleza; y tu cuerpo virginal es todo él santo, todo él casto, todo él morada de Dios, todo lo cual hace que esté exento de disolverse y convertirse en polvo, y que, sin perder su condición humana, sea transformado en cuerpo celestial e incorruptible, lleno de vida y sobremanera glorioso, incólume y participe de la vida perfecta."
Otro antiquísimo escritor afirma:
"La gloriosísima Madre de Cristo, nuestro Dios y salvador, dador de la vida y de la inmortalidad, por él es vivificada, con un cuerpo semejante al suyo en la incorruptibilidad, ya que él la hizo salir del sepulcro y la elevó hacia si mismo, del modo que él solo conoce."
Todos estos argumentos y consideraciones de los santos Padres se apoyan, como en su último fundamento, en la sagrada Escritura; ella, en efecto, nos hace ver a la santa Madre de Dios unida estrechamente a su Hijo divino y solidaria siempre de su destino.
Y, sobre todo, hay que tener en cuenta que, ya desde el siglo segundo, los santos Padres presentan a la Virgen María como la nueva Eva asociada al nuevo Adán, íntimamente unida a él, aunque de modo subordinado, en la lucha contra el enemigo infernal, lucha que, como se anuncia en el protoevangelio, había de desembocar en una victoria absoluta sobre el pecado y la muerte, dos realidades inseparables en los escritos del Apóstol de los gentiles. Por lo cual, así como la gloriosa resurrección de Cristo fue la parte esencial y el ú1timo trofeo de esta victoria, así también la participación que tuvo la santísima Virgen en esta lucha de su Hijo había de concluir con la glorificación de su cuerpo virginal, ya que, como dice el mismo Apóstol: Cuando esto mortal se vista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra escrita: "La muerte ha sido absorbida en la victoria."
Por todo ello, la augusta Madre de Dios, unida a Jesucristo de modo arcano, desde toda la eternidad, por un mismo y único decreto de predestinación, inmaculada en su concepción, asociada generosamente a la obra del divino Redentor, que obtuvo un pleno triunfo sobre el pecado y sus consecuencias, alcanzó finalmente, como suprema coronación de todos sus privilegios, el ser preservada inmune de la corrupción del sepulcro y, a imitación de su Hijo, vencida la muerte, ser llevada en cuerpo y alma a la gloria celestial, para resplandecer allí como reina a la derecha de su Hijo, el rey inmortal de los siglos.
Audiencia General del Santo Padre. 9 de julio, 1997.
La tradición de la Iglesia muestra que este misterio "forma parte del plan divino, y está enraizado en la singular participación de María en la misión de su Hijo".
"La misma tradición eclesial ve en la maternidad divina la razón fundamental de la Asunción. (...) Se puede afirmar, por tanto, que la maternidad divina, que hizo del cuerpo de María la residencia inmaculada del Señor, funda su destino glorioso".

4.    LA VIRGINIDAD PERPETUA DE LA MADRE DE DIOS
En el Concilio de Letrán celebrado en el año 649 se efectuó la solemne definición dogmática de la VIRGINIDAD PERPETUA DE LA MADRE DE DIOS. Los Padres del Concilio inspirados por el Espíritu Santo compusieron el canon tercero que declaraba este dogma:
“Si alguno, de acuerdo con los Santos Padres, no confiesa que María Inmaculada es real y verdaderamente Madre de Dios y siempre Virgen, en cuanto concibió al que es Dios único y verdadero -el Verbo engendrado por Dios Padre desde toda la eternidad- en estos últimos tiempos, sin semilla humana y nacido sin corrupción de su virginidad, que permaneció intacta después de su nacimiento, sea anatema”.
Hay un personaje que resaltar y hacer justicia respecto a esta definición. Se trata de Máximo de Turín, obispo de Turín ya en el año 398, (se cree que murió entre el 408 y el 423). Fue uno de los que prácticamente se anticipó a la definición del dogma de la Perpetua Virginidad. En uno de sus sermones (5: PL 57, 235) se expresó en estos términos:
“La Virgen concibe sin la intervención de varón; el vientre se llena sin el contacto de ningún abrazo; y el casto seno se acogió al Espíritu Santo, que los miembros puros custodiaron y el cuerpo inocente albergó. Contemplad el milagro de la Madre del Señor: es virgen cuando concibe, virgen cuando da a luz, virgen después del parto. ¡Gloriosa virginidad y preclara fecundidad!”.

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