INICIOS

Hemos nacido en la humildad del campo, en medio de las montañas que conforman el hermoso Valle de Tenza.
El 04 de abril de 1977(Domingo de Ramos), en preparación inmediata para la vivencia de la Semana Santa, nos dimos cita diez personas, de una manera muy espontánea y sin mayores protocolos en la casa de una familia muy religiosa para unir nuestras oraciones en comunión con toda la Iglesia y con la única esperanza puesta en el Señor sabiendo que de él hemos recibido lo que somos y tenemos y que "en él vivimos, nos movemos y existimos."
Nuestra razón de ser está en cuanto creemos en la verdad del amor de nuestro Dios y en su gracia que nos hace a todos partícipes de los dones que da a quienes viven fieles a su voluntad.
Es lógico que estas reflexiones anteriores no son de la época. En ese entonces muy animado por la piedad popular y por lo que se estaba desarrollando, sencillamente nos reunimos sin dar más importancia que al momento, hasta el punto que fue en la semana de Pascua que se concreta en un seguirse reuniendo todos los días para hacer la oración que todo fiel sencillo hace: el Santo Rosario. En sí nosotros surgimos por él, buscando agradar a nuestro Dios por medio de nuestra Madre Santísima.
Por esta época aún no conocíamos ni el ángelus, ni el Regina Celi, ni el Magnificat...!! Pero sabíamos lo que la piedad popular sabe: ¡elevar el corazón al cielo!
Yo escasamente estaba en lo que hoy se llama séptimo grado de bachillerato y acababa de entrar a estudiar a un colegio nuevo y más cómodo aunque mucho más comprometedor, gracias a las gestiones de alguien para mí muy querido y respetado al igual que muy amado y recordado. Para entender esto hay que echar un poco el tiempo para atrás...
Hacia el año 1972 mi hermano mayor, llevó a la casa de mis papacitos un almanaque de esos de pared y tenía una imagen muy bonita de María (no sabía o no miré de qué advocación) y me gustó tanto que la recorté y la pegué en una ventana en madera que mi hermano intermedio había hecho en la pared para guardar cosas. Este hecho va a ser muy significativo después por varias razones y lo es hasta el punto que dicha imagen aún permanece allí, a pesar de los desgastada que está por el paso de los años y por la polilla que casi que la ha dejado invisible.
Allá por 1973 - 1974 a sugerencia de mi catequista (a donde seguía yendo a catequesis a pesar de que ya había celebrado los sacramentos de iniciación cristiana) comencé a enseñar la catequesis y algo que gustaba mucho y que a mí me llamaba la atención era cómo estos niños, casi de la misma edad mía algunos, lograban aprender las cosas religiosas. ¿Cuál era el método? Yo me aburría un poco cuando iba a la catequesis ya que no nos dejaban jugar casi y por eso cuando yo mismo comencé a ofrecerla se me ocurrió añadir a la enseñanza de la fe un poco de todo: les enseñaba canto, manualidades, música, juegos, hasta el punto que la catequesis como tal era solo de media hora y el resto (unas dos o dos horas y media) las dedicábamos a lo demás. Esto dio tanto resultado que tuve buena cantidad de niños en la catequesis y al mismo tiempo fueron muchos los que se entusiasmaron por ser catequistas.
Yo finalicé la primaria en el año 1974 y por lo visto no pensaba seguir estudiando. Mas sin embargo logramos conformar con algunos familiares y vecinos de la misma edad, un grupo como de animación a nivel de la vereda y participábamos en diversos eventos. Tanto que ganamos algo en baile y teatro a nivel del municipio.
Para finales de 1975 mi papá consiguió una beca y fui a estudiar a un municipio cercano al mío donde reforcé mi parte social y al mismo tiempo espiritual ya que aquel colegio, siendo mixto estaba regentado por una comunidad religiosa y el ambiente de piedad era muy importante al igual que el inculcarnos valores para la vida.
Para finales del año 1976 editamos un boletín, titulado "LA NUEVA GENERACIÓN",  sencillo pero con mucho interés y gracias a la colaboración de Acción Cultural Popular, por medio de la señora Rosalba de Fino quien era la que nos trascribía la informacón y nos imprimía los ejemplares a todo costo. Allí sacábamos información de nuestra vereda y formación general y aunque tuvimos la competencia de otro boletín creado por los jóvenes del sector urbano (nosotros campesinos), llamado "El Pereque",  nos sostuvimos en las dos ediciones que nos propusimos sacar para ese año.
Igualmente, por estos finales de 1976 nacía en mí el deseo de dedicarme a servir a mi comunidad como un dirigente católico, para poder ser útil, desde la fe, a aquellos que veía abandonados. Pero en  medio de todo siempre estuvo mi deseo de continuar con la formación de las jóvenes generaciones, especialmente a través de la catequesis y del fortalecimiento en las cualidades que ellos tenían. La Comunidad religiosa donde realicé el Primero de Bachillerato esperaba que yo fuera madurando la idea de irme con su familia religiosa, pero debía esperar ya que ellos no tenían Seminario Menor sino desde el actual octavo (yo estaba apenas en sexto). Y para fortalecer ese deseo estuve participando en un grupo juvenil al cual fue invitado por la Directora para orar y hacer apostolado con los que estaban en el Ancianato del Hospital de dicho municipio, al cual también asistían. Fue una experiencia muy positiva en mi discernimiento de vida.
Creo que a principios de Noviembre de este mismo año 1976 se me ocurrió hablar con mi Párroco, al cual llegué a estimar inmensamente y a valorar como el verdadero modelo de Pastor en la Iglesia. Le propuse mi deseo de comprometerme con el Señor en la Iglesia y que quería entrar a un lugar apropiado. Él por todos los medios me motivó para continuar y esperar otros años, y así quedó todo ese día. A los ocho días (domingo) mi sorpresa fue grande cuando veo llegar a mi papá temprano (por ahí una de la tarde) y luego de un diálogo rápido de él, solo con mi mamita, me llamaron y me preguntaron si era verdad que yo quería tal estilo de vida. Yo hasta entonces no había manifestado nada ya que todo era sencillamente averiguación y curiosidad pues anhelaba mucho era ser líder en la comunidad veredal. Le manifesté que sí, y que había hablado con el Padre Fidelito, como lo llamábamos cariñosamente. Su respuesta fue corta: "Si eso es lo que quiere...!!". Mi mamita hizo también un comentario muy breve: "Si esa es la voluntad de Dios!" Y todo fue quedando así...
Hacia finales de este mes recibí una carta del Director del lugar que la Divina Providencia tenía destinado para mi formación y quien me motivaba para ir a dicho lugar...!!  La razón era que el Padre Fidel Espinosa tenía un hermano que pertenecía a dicha comunidad religiosa (por el cual le doy gracias al Señor por haber confiado en mí) y él me iba a ayudar para entrar. Yo no conocía nada referente a las Comunidades religiosas, pero así iba a obrar el Señor. Así fue como todo comenzó y continuó.
Es por esto que en abril de 1977, aprovechando que podemos ir a pasar la Semana Santa a la casa, voy a donde mis padres y surge la idea de reunirnos para orar y reflexionar aprovechando este tiempo de gracia.
Al regresar de nuevo a mis actividades escolares, quedan unas personas encargadas para dirigir al grupo que hasta el momento no tenía ningún nombre. Así lo hicieron. Yo los animaba por medio de cartas y fue que que cuando regreso para las vacaciones de junio, ya hay una buena cantidad de personas que participan y con mucho ánimo de seguir adelante en una serie de proyectos o iniciativas que sin duda ayudarían en el crecimiento de la comunidad veredal y sectorial.
Dentro de las varias reuniones que hicimos se planteó la necesidad de ponerle nombre a este grupo y fue así como surgieron algunos, dentro de los cuales recuerdo: "Congregación Mariana", "Asociación de María Auxiliadora", "Grupo Mariano Juan XXIII". Este último fue el que se dejó y duró un tiempo; fue después que desapareció el segundo nombre quedando solo el de "Grupo Mariano" tal y como se ha conocido hasta ahora (El nombre de "Grupo Mariano" tal cual fue asumido entre noviembre diciembre del mismo 1977).